Las Antillas, tierra que, como tortuga carey, levanta su cabeza sobre el Mar Caribe-laguna interior de América-, hoy tienen su diáspora.
A quinientos años del holocausto de su pueblo originario; del arraigo -a llanto, dolor y sangre-del desarraigado africano, el antillano toma las calles -a oscura o iluminado- de las ciudades de la opulencia y el derroche.
Su expatriación forzosamente "voluntaria" recrea, dentro del gran mundo del consumo patológico ,una insularidad de apego, de raíces.
New York, Miami, Boston, Toronto, Madrid, Paris... Todas tienen sus Pequeños Haití, Santo Domingo, Jamaica, Cuba...
Las Antillas son hoy "isla en continentes".
A quinientos años del holocausto de su pueblo originario; del arraigo -a llanto, dolor y sangre-del desarraigado africano, el antillano toma las calles -a oscura o iluminado- de las ciudades de la opulencia y el derroche.
Su expatriación forzosamente "voluntaria" recrea, dentro del gran mundo del consumo patológico ,una insularidad de apego, de raíces.
New York, Miami, Boston, Toronto, Madrid, Paris... Todas tienen sus Pequeños Haití, Santo Domingo, Jamaica, Cuba...
Las Antillas son hoy "isla en continentes".
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